miércoles, 27 de enero de 2010

El complejo de “Caballero” y “Princesa” en la edad adulta


Lo que aprende uno tomando café

¡Oh! Juventud Divino Tesoro, decía alguien por ahí, y digo alguien porque la verdad en este momento no lo recuerdo, ni me interesa recordarlo, pues es solo una introducción para este artículo.

Hace unos días disertaba con mi amigo Erik cuestiones de “amores e inmadurez tardía” al calor de un café. Mientras le leía en voz alta un libro (el cual para variar no recuerdo ni su nombre, ni su autor) de P.N.L que hablaba sobre madurez y la edad adulta o algo así y leía algo sobre historias de hombres maduros me llegó a la mente una idea para este artículo (el cual por cierto postergue por andar más metido en, cómo no en puras pendejadas).

Los ideales de la juventud y la adultez frustrante

Empecé a hablar acerca de la juventud porque es aquí donde se desarrolla el complejo del “Caballero” y “Princesa” del que habla el libro que leía, Ese sobre la P.N.L

Dice el libro que cuando los hombres somos jóvenes vivimos con una mente reflexiva que lo cuestiona todo, que siente la necesidad de revelarse ante cualquier forma de autoridad establecida por diferentes formas o manifestaciones de su ira reprimida, proclamando su independencia heroica bajo el paradigma del “Todo lo se” y “Todo lo puedo” a este complejo el autor del libro le llamo complejo de “Caballero” (más medieval que amable).

Las mujeres jóvenes por otro lado desarrollan la creencia de que “Todo”(En un sentido casi literal) desde un hombre atractivo físicamente y económicamente hasta la posesión de todos los bienes materiales y atenciones reales(de realeza) que pueda imaginar y creer merecer tener por ser mujer, poseer belleza y ser deseada por pocos o cantidad de hombres, a este complejo el autor del libro le llamo complejo de “Princesa” (más parecida a Lady Diana que una de cuentos de hadas).

Relaciones de fantasía.

Inmersos en este sueño delirante y fantástico del “Caballero”(Todo un héroe de leyenda) busca en la “Princesa”(Toda una belleza) una conquista sexual potencial o alguien que le aplauda, lo vitoree y le reconozca como “Valiente Caballero” (Una palera en pocas palabras), mientras que la “Princesa” busca en el “Caballero” un compañero que la entienda, la admire, la apruebe, la rescate (No de dragones lanzallamas, pero sí de sus propias pendejadas) y esté dispuesto a soportarla sin condición alguna a cambio. Es por estas razones que fácilmente surge el enganche emocional en cualquiera de los dos

Con estos ideales “Caballeros y Princesas” construimos los más numerosos y majestuosos castillos en la inagotable e infinita imaginación de nuestra inmadura mente, hasta que esos ideales son aniquilados y literalmente desmoronados por la brutal competencia social en la que un día despertamos al enfrentarnos a la realidad en la vida adulta

Como en el libro del “Caballero de la armadura oxidada” de Robert Fisher (Éste si lo recordé) A los caballeros se nos cae a pedazos la armadura, perdemos la lanza (y yo diría hasta la vergüenza) y el caballo nos abandona al igual que nuestros sueños fantásticos. La “Prinsesa”, si que tenemos una, tiene más genes de la Chimoltrufia que de la Princesa de Mónaco, nuestra lanza no es más que una caja de herramientas o un portafolio y nuestro caballo ahora lo compartimos con otros y le llamamos “Colectivo”

Por su lado la princesa pierde su hermoso vestido y su corona de oro y diamantes. Descubre que su “Caballero”, si es que tiene uno, tiene más de Shrek que del Rey Arturo, el castillo de sus sueños es una casa de interés social o una rentada y su nombre real (De realeza eh) y sus apellidos rimbombantes (es decir mamones) sólo apresen en sus papeles y en las cuentas por pagar.

Madurez o no madurez

Finalmente el hombre se vuelve maduro cuando reconoce su debilidad, cuando presta importancia a su lado femenino, mientras la mujer madura acepta con amabilidad el participar con el hombre en la construcción de una vida juntos, esto no sólo pasa en las parejas sino que trasciende hasta los diferentes campos sociales donde se relacionan.

Así que Adiós a la Fantasías Épicas y Bienvenidos a la Edad Adulta, dirían algunos, no se quienes, pero se que lo dirían. Tal vez hombres y mujeres maduros.

PD. Aprovecho este espacio para desearle mucho éxito y mandarle un ¡Goya… ¡(ella sabe porque) a mi amiga Mariana, quién me dio una gran amistad a mi, y con no a muchos otro s de sus amigos Quien es una gran persona, no por sus grandes logros sino por sus incansables intentos con un verdadero espíritu de servicio “Me diste más de lo que yo creí y vi, Gracias Siempre”

Gracias por todo y que Dios te bendiga donde quiera que vayas