miércoles, 14 de septiembre de 2011

9/11 - Del terror a la xenofobia y a la casería de brujas


Hola querido lector, un poco tarde y después de algunos meses escondido he regresado para entregarles este sencillo artículo de lo que en mi opinión fueron los atentados del 11 de Septiembre de 2001 y perdón si este articulo sale un poco tarde pero tuve una fallas técnicas.


Un día que cambio la historia ¿Habrá sido planead?


Martes 11 septiembre de 2001, es una fecha que marco la vida de muchas personas en, una de ellas, la mía.

Esa mañana poco después de las 10:00 am supe que habían sido derribadas las torres gemelas del World Trade Center en New York, en un hecho sin precedentes. Era mi segundo día en la universidad, en la carrera de Comunicación tenía 21 años y era un chico inexperto pero muy ávido de política y polémica, lo cual fue uno de los motivos por los que estudie esta carrera. Esta ocasión el mundo de la política internacional y la coyuntura de los acontecimientos era la oportunidad para externar mi opinión.


La teoría de un loco universitario


Dados los hechos del 11 de septiembre de 2001, la forma en la que acontecieron y el escenario político de aquel entonces hice mis propias conjeturas al respecto, aclaro que no entro en detalle de cifras o fechas concretas porque existe aunque existe muchísima información bibliografía y datos que la respaldan, sólo deseo sólo pretendo hacer un análisis cualitativo de lo que para mi fueron estos hechos, saquen ustedes su propias conclusiones, estas son las mias.

Cuando supe que las torres gemelas habían sido derribadas por dos aviones comerciales que previamente fueron secuestrados para tal cometido, por mi mente paso la idea de que esto habrías sido parte de un plan elaborado por el propio gobierno norteamericano para reactivar la maquinaria de guerra un poco oxidada desde la guerra en el Golfo Pérsico en 1991 (En aquel entonces cursaba el 5to año de la primaria).

Al comentar esto entre mis compañeros de la carrera y de la universidad en general, fui señalado, ante el descontento generalizado, no sólo de loco sino por aportar una teoría por demás absurda y ridícula, los años me daría en parte la razón

¿Por qué pensé esto en 2001 y lo sigo pensando?, pues porque la forma en que se dieron los atentados fue muy elaborada y demasiado sencilla de realizar para no haber contado con el apoyo de la propia inteligencia norteamericana

En primer lugar los terroristas fueron entrenados en aviación en Estados Unidos sin que nadie siquiera lo notara, abordan cuatro aviones y secuestran a sus pasajeros con armas blancas (exactos o cutters), excusa que uso el gobierno para explicar el porque no se les detectaron armas, desvían los aviones de sus rutas y finalmente los estrellan contra las torres gemelas.

El supuesto tercer avión (del cual yo también dudo de su existencia) se estrella contra uno de los lados del Edificio de Pentágono en una farsa por demás evidente y la cual nunca se pudo probar concretamente.

Un cuarto avión secuestrado no logra llegar a la Casa Blanca en Washington y se estrella en un campo en Pensilvania, la historia mejor armada que a Hollywood se lo hubiera ocurrido.

No estoy minimizando los terribles hechos ni la perdida de las victimas, lo que señalo es lo que había detrás de todo esto.


Xenofobia y Odio cultural mediático


Después de ocurridos los atentados y tras la confusión internacional el bombardeo de noticias no se hizo esperar, en un principio no aparecían responsables, lo más curioso es que a las pocas horas se hablaba de un nombre Osama Bin Laden, el nuevo villano y un país donde se alojaba Afganistán del que nadie había oído hablar antes.

Durante más de un mes las noticias pasaban incesantemente las escenas de los aviones estrellándose en las torres gemelas, declaraciones de George Bush y rumores sobre el paradero de Osama Bin Laden

Pero sabían ustedes que Osama Bin Laden no era un personaje nuevo y eso si lo tengo documentado.

En 1979, para apoyar al gobierno comunista local, la entonces Unión de Republicas Soviéticas Socialistas (URSS) invadió al pais (Afganistán) y se desató una guerra civil entre el gobierno prosoviético y la guerrilla islámica (los talibanes) […] En colaboración con Pakistán y Arabia Saudita, la CIA recluto en 1986 a radicales islámicos de todo el mundo para unirse a la batalla de los mujaidin contra los soviéticos. Por primera vez aparece el nombre de un millonario excéntrico: Osama Bin Laden

El primer nexo entre Bin Laden y la CIA se dio en 1979, cuano el recien egresado de la Universidad de Yedah entro en contacto con la embajada estadounidese en Ankara. […]durante la guerra contra los soviéticos en Afganistán, la CIA enseñó y capacitó a Bin Laden en materia de terrorismo.[1]

Es decir que los mismos norteamericanos entrenaron al que posteriormente seria su archienemigo. A lo que voy con esto es que para Estados Unidos alguien puede ser aliado o enemigo según les convenga.

Aparte del ámbito político, en el ambito cultural los medios fomentaron la Xenofobia y el odio cultural Osama Bin Laden, los talibanes y Afganistán representaba no sólo a un personaje y sus intereses particulares, sino el símbolo de todo el mundo árabe. Entonces comenzó a asociarse en el inconciente colectivo algo como esto

Atentado del 11 de Septiembre = Agresión al mundo libre y demócrata que odian los árabes = Atentado terrorista

Árabe = Terrorista

Osama Bin Laden = Árabe = Terrorista

Afganistán y los talibanes aliados de Osama = Árabes = Terroristas


Casería de Brujas


Fue a través de fomentar este Odio y de repetir las escenas incesantes de los atentados que la gente comenzó a sentir que la ofensiva militar exageradamente desigual contra Afganistán era algo aplaudible. Los muertos y los actos atroces en Afganistán eran nada al lado del lo que habían hecho a la tierra de la libertad y la democracia

Después de lanzar toneladas de misiles contra Afganistán finalmente Osama no fue encontrado, pero el régimen taliban fue derrocado y Osama prófugo siguió difundiendo mensajes arengadores hasta que finalmente fue “supuestamente” asesinado en un operativo militar en 2011 y en donde a los soldados se les ocurrió la brillante idea de tirar el cadáver al agua ¡Qué casualidad!, no creen…

Finalmente esta casería de brujas terminaría en la supuesta inspección de armas de destrucción masiva que había en Irak en 2003, con la posterior ofensiva militar, la derrota de Saddam Hussein simbolizada con aquella imagen que se repitió por los medios hasta el cansancio donde se derriba una estatua del mandatario, una guerra que por cierto ha costado más muertos después de su culminación que durante el desarrollo de la misma y la ocupación del ejercito norteamericano hasta el día de hoy.

La moraleja de toda esta historia que iniciaría en 2001 con el atentado a las torres gemelas, su secuela con la guerra y ocupación en Irak en 2003 y por así decirlo su precuela con la expulsión de la Unión Soviética de Afganistán en 1986 y la guerra del golfo pérsico en 1991todas piezas de un mismo rompecabezas, es que en Edmundo no existen “Los buenos” y “Los malos” sino conflicto de intereses que determinan quién es amigo, quién enemigo y quién aliado y recordando aquella frase que versa La historia la escriben y la venden los que ganan. Usted que historia decide comprar.


[1] Luna Palencia Claudia, La política del miedo, pag 51, 52 y 61

lunes, 4 de abril de 2011

Entre lo políticamente correcto y lo descaradamente honesto


La historia de este artículo data del primer día del año de este 2011, originalmente iba a salir en Enero mismo pero por causas emocionales y materiales no pudo ser así[…] entiéndase los tres puntos encorchetados como: no me dio la gana exponer mis razones, y bueno hasta este momento pude, ya con mi computadora de regreso, sacarlo a la luz con unos agregados de su versión original.

Como les mencionaba, en aquella cena de año nuevo en casa de mi compadre Milton y unos camaradas presentes, entre chelas, la fogata y el cotorreo salió a relucir una frase para el argot de todo buen comunicólogo que se precie de serlo si desea hablar bien y lucirse e impresionar a sus vecinas (si dije vecinas) Lo políticamente correcto y lo descaradamente honesto, ¿Pero qué diferencia hay ente uno y otro?

Todos nos movemos entre contextos sociales, es decir espacios o escenarios en donde se desarrollan las interacciones interpersonales e intergrupales del día a día, estos contextos son cambiantes tanto en sus reglas como en la forma en que se entiende lo que se dice en cada uno de ellos. La capacidad para moverse adecuadamente entre ellos es una cuasi-nueva ciencia[1] que da en llamarse Inteligencia Social

En resumidas cuentas el contexto social se divide en tres contextos (los cuales no voy a hondar porque no es el tema):

Contexto proxémico: Las distancias y las posiciones que ocupan las personas para manifestar jerarquía, estado emocional o sentimientos entre las personas. Estar cerca, lejos, sentado o parado puede cambiar completamente el sentido de lo que se comunica aún las palabras sean las mismas

Contexto conductual: Todo lugar tiene reglas implícitas y explicitas al llegar a un lugar nuestro actuar puede afectar nuestra comunicación de manera contundente, es muy extraño que alguna vez veamos a una persona caminando desnuda por la calle o gritando y manoteando en una biblioteca o riendo a carcajadas en un velorio

Contexto semántico: Las mismas palabras pueden cambiar completamente su sentido si se dicen en lugares distintos, por ejemplo un ¿Qué onda güey? Dicho en un antro como saludo puede sonar a impertinencia en una iglesia en medio de una misa

Lo políticamente correcto

Saber leer estos contextos anteriormente mencionados nos permite pensar nuestro actuar y nuestra palabra antes de errarla o cag… de verdad gacho. En política todo se vale decir de todo, siempre que se diga con elegancia para que uno no salga mal parado. Ahí tienen frases como la del ex presidente Salinas “Yo no los veo, ni los escucho” o “No se hagan bolas” hasta el “Sospechosismo” de Santiago Creel.

Lo políticamente correcto es decir las cosas de manera decorosa y educada sin que por ello signifique que no están cargadas de veneno. Eufemísticamente haciendo alarde de un amplio y bien estructurado vocabulario, para no verse digamos, agresivo, vulgar o soez, aunque lo sea de manera por demás reconocida.

Un caballero por ejemplo puede decir: “Deseo profundamente intimar (o intimar profundamente) con usted mi apreciable dama”, lo cual sería políticamente correcto, en lugar de decir: “Nena tengo ganas de co…” lo cual sería un barbajanada de los barrios más paupérrimos.

En el lenguaje de los abogados (mal llamados licenciados) es donde más podemos encontrar este tipo de frases donde la velada amenaza deja bien parado al agresor (demandante) en medio de una extraña terminología.

Lo descaradamente honesto

Por otro lado están las personas que se dicen ser “Claridosas” (sincerocidas o sincerosuicidas) que en muchas ocasiones (o en la mayoría) cuando pisan callos son vistas como “vulgares y agresivas”. Como comensales que eructan satisfechos ante la mirada atónita de los que están a su alrededor. Este tipo de personas, porque de verdad son todos unos personajes, usan todo un repertorio de “ajos, ejos e hijos” para expresar al instante alguna incomodidad o sentimiento sin importar a quien se lleven entre las patas, hacen mella a su propia reputación, quedar muy mal parados o de plano chamuscan públicamente a quien sea.

Para concluir el idioma español es muy amplio. Aficionarse a un buen diccionario y leer bastante y aplicar la Inteligencia Social nos puede ayudar en mucho a dejar ser descaradamente honestos y se más políticamente correctos

¿Usted que decide?


[1] Digo cuasi porque no es algo que haya sido de resiente invención sino que toma mucho de otras ciencias como la sociología, la psicología y la comunicación

Cuando cae el telón (porque quisiera morir)


Buenos días queridos lectores se que he andado casi cuatro meses fuera de combate, fuera de línea y fuera de forma, pero ya estoy de regreso después de algunos raspones emocionales a causa de aventuras y desventuras, encuentros y desencuentros y la falta de una computadora con la cual escribir íntimamente, pero aquí esto de nuevo y ¡Al ataque!!

Cuando era niño (no se a que edad) un día me planteé “Si la mente tuviera un interruptor para apagarla, por supuesto que la apagaría, descansaría y quizás volvería a empezar…” Este era un deseo, una idea metafórica de una mente no sólo capaz de generar ideas, sino esquemas completos de pensamiento (ideas intrincadas con cierta relación lógica) De niño no fui muy feliz, y sin afán de conmiseración, he tratado durante muchos años de mi vida encontrar una causa a mi sentimiento constante de soledad subjetiva que he experimentado desde ese entonces. Eso de estar, pero no sentirse conectado o parte de determinado entorno nunca, lo que algunos llaman “vacío existencial” que me hace preguntarme ¿Por qué debo estar aquí? ¿Tiene algún sentido? Entonces se formulo en mi la idea de “muerte”

La muerte es parte de la vida, de todo que existe. Es el final de algo que alguna vez fue y ya no es…

Tuve varios encuentros con el concepto de “muerte”. El primero ocurrió cuando tendría entre 3 o 6 años, cuando un día caminando por la calle, de la mano de mi madre, vi a un indigente, sangrando de un oído, no se movía y a mi parecer “estaba muerto” y eso para mi fue “choque emocional” muy fuerte...

En otra ocasión vi a una señora llorando ante el cadáver de un perro callejero que llevaba algunos días en agonía, sus lamentos parecían más una manifestación de dolor por la muerte misma que por el animal en sí.

La muerte de una parienta de mi padre (no se que tan joven era) quien murió victima del cáncer y fue incinerada. Al pensar en sus restos volviéndose ceniza, me pasmo la idea de pensar en algo que existe y al siguiente segundo ya no existe.

La última fue la de mi querida amiga (A quién llamaré “Xan”, en respeto a su memoria). Debo aclarar que ya antes habían muerto parientes cercanos, como mi abuela paterna y mi abuelo materno, pero nunca me había enfrentado a la muerte de alguien tan cercano como ella, a causa de una neumonía que acabo con su vida en tan solo 15 días.

La muerte puede tener muchas causas, accidentes de toda clase, homicidio o enfermedad. La muerte de mi amiga me hizo reflexionar sobre esta última. Xan murió de una enfermedad que sólo la afecto a ella, nadie, ni su novio que tenia una relación estrecha con ella y quien solo padeció una fuerte gripa un par de día, se vio tan afectado como Xan.

Algo que me quedo claro a razón de la enfermedad es que si bien no somos inmunes a contagiarnos por el ambiente poco aséptico en el que transitamos, el estado emocional en el que nos encontremos influye en el nivel de respuesta de nuestras defensas ante virus o bacterias. La baja moral produce una baja respuesta de las defensas y un mayor esfuerzo para aliviarse. Tal vez por eso yo me enfermaba más y más constantemente que cualquiera de mis familiares. Para los que hemos experimentado la depresión y las ideas de suicidio, y me atrevería a decirlo sin temor a equivocarme, el concepto de “suicidio emocional”, es decir desmoralizarse a un nivel tan bajo que cualquier enfermedad o accidente podría ser fulminante.

Tal vez por eso las enfermedades se vuelven más fuertes, por algo que también me atrevería a llamar “aprendizaje genético” en el que los virus y las bacterias aprenden a responder a los medicamentos (Tal vez por eso los antibióticos tienen cada vez menos efecto y por ello sea loable su restricción)

Entendiendo que la muerte en muchas ocasiones precedió a una larga agonía y a un episodio anterior de fuerte depresión, puedo pensar que detrás de todo ello se encuentra el mundo de las ideas o mejor dicho las ideas que nos formamos de los hechos y lo que en lo profundo de nosotros significan.

Del “miedo madre” es, que para mi, es el miedo a la muerte derivan, el miedo a fracasar a no tener dinero o a quedarse solo, etc. Y tomando una idea de Víktor Frankl suena lógico plantearse “A menos que este 100% de que voy a morir, en un periodo muy próximo, no debería tener miedo a nada” es el significado que damos a los hechos lo que nos lleva para allá, al “miedo madre”.

Personalmente siempre me he preguntado ¿Por qué diablos mi mente sobredimensiona el significando de muchos hechos?. Aumenta mi ansiedad y aumenta mi miedo, entonces vienen esas ideas de muerte, me deprimo y me enfermo.

Personalmente experimento periodos de esta índole a los que llamo “mis episodios” de ansiedad-lucra-miedo. Estos “episodios” llegan a durar entre una hora u hora y media aproximadamente en los que mi mente genera “Nada tiene sentido” y construyo esquemas en lo que me imagino “Lo que pasaría si yo me muriera” incluso deseando y planeando como lograrlo, momentos de verdadera locura, luego la repentina calma.

He lideado con estos esquemas desde que tenía 7 años sin saber aún ¿Por qué?, pero trato por muchos medios de levantarme día a día, la lucha no termina, algunas veces se vuelve más intensa, aunque cada día se aprende un poco más de sí mismo evolutivamente, porque para mi no hay involución, sino miedo a continuar, a dar el siguiente paso

He buscado muchos caminos que me lleven a entender, algunos han fracasado, algunos han funcionado, algunos no tanto, pero voy aprendiendo.

Tal vez cuando cae el telón, no es porque la función ha terminado, tal vez es porque tenemos miedo a continuar con el segundo acto, no nos sentimos fuertes o tememos de pronto olvidar nuestras líneas o tal vez creemos que no hay ya segundo acto.