miércoles, 13 de junio de 2012

Perspectivas del 2do debate



Hola queridos! ¿Qué les pareció este segundo debate?, no sé si piensen lo mismo que yo pero en mi opinión, en general el debate fue otra vez más buscar el protagonismo y el ataque más que las propuestas, y si la hubo no fueron muy sustentadas.

En lo referente cada candidato lo que opinó es:

Andrés Manuel López Obrador: (Y empiezo por el que más me convence) Su imagen personal no fue muy buena sobre todo por la corbata, pero su discurso fue muy moderado enfocado a las propuestas, que siempre me han parecido muy buenas aunque no opinen así sus detractores.

No cayó en las provocaciones de JVM al quererlo desprestigiar con lo de su asociación al PRI en 1968, de lo cual no hay pruebas contundentes.

Señalo lo que se ahorraría el gobierno si redujera sueldos y recortará puestos innecesarios en el gobierno, a lo que contesto el presidente con clara intención de desprestigio, diciendo que estaban equivocadas sus cifras, pero lo que no dice Felipe Calderón ni Cordero es que los funcionarios no ganan (roban) lo que dicen.

Además AMLO fue el único que habló del cómo y con quiénes piensa gobernar de ganar las elecciones.

Gabriel Cuadri de la Torre: Empezó haciendo propuestas que aunque validas eran poco prioritarias en la Agenda nacional, (Bonita manera de hacer un protagonismo que no le sirvió) ya que no podemos comparar la prioridad de el combate a la pobreza con el matrimonio entre personas del mismo sexo, parece que su táctica de ganarse a las mujeres con lo del aborto y a la comunidad gey de poco le va a fusionar, paso aceite con las acusaciones de JVM sobre el hecho de que detrás de él esta Elba Ester Gordillo.

Propuso un Tratado de Libre Comercio con China (A lo que acertadamente le reviro AMLO), lo cual sería gravísimo error ya que si así, sin tratado, exportamos a China mucho menos de la decima parte que importamos, abrir un tratado sería de muerte.

Finalmente se aventó un suicidio político al decir que él es el mejor candidato, se vio estúpido y soberbio quedando desde mi punto de vista como el peor de la contienda.

Josefina Vázquez Mota: Como todos sabemos sus propuestas se basan en continuar el proyecto fracasado de Felipe Calderón, del combate sin cuartel al crimen organizado que ha gastado una millonada en recurso, en un país que invierte 95% en armamento y operativos y sólo 5% en prevención de adicciones lo que ha generado aún más pobreza, que ha costado más de 60 mil vidas humanas incluyendo civiles inocentes y no ha hecho meya en el crimen organizado, y a pesar de lo cual sigue cínicamente insistiendo en la continuación de lo que a todas luces, NO SIRVE.

En este debate se dedico a atacar sobre todo a EPN, con pruebas poco relevantes, pero también con pruebas irrelevantes como la dedicatoria de la tesis que aunque haya sido a Arturo Montiel, fue hace muchos años, JVM se equivoca…

Por otro lado su obstinación en poner a AMLO como un peligro para México cuando el PAN insiste en lo que no ha dado resultados.

Finalmente JVM no propuso nada nuevo y aunque muchos digan que ganó el debate, para mi sigue teniendo una imagen débil que va a ser la escusa perfecta del PAN para perder y declinar a favor EPN porque si el PAN hubiese querido ganar, hubiera puesto a un candidato del calibre de Diego Fernández de Ceballos quién a pesar de que me antipatiza sí fue contundente en aquel debate de 1994

Enrique Peña Nieto: (En mi opinión la  peor opción) Con una imagen muy cuidada y muy buen broceado, se dedico a seguir su discurso y a contestar las acusaciones de JVM sin salirse mucho de su línea, muy mesurado, muy elocuente y con una excelente imagen personal hizo propuestas bien elaboradas, pero que suenan al discurso ya gastado y desgastado del PRI de antaño, yo no dudo que pueda hacer todo lo que dice, pero a que costo…

Con EPN se va repetir la fórmula Priista de tapar un hoyo destapando uno más grande creando subsidios vía impuestos que a la larga van derivar en endeudamiento y finalmente en una crisis. Además del aumento en la corrupción, el nepotismo y el influyentísimo de antaño.

Yo soy de izquierda y estoy a favor de las propuestas de AMLO desde 2006, pero estoy convencido que el cambio verdadero no es AMLO y MORENA, somos todos no importa nuestro partido, Yo no voy con un partido ni con un hombre.

Ya antes me trague la mentira del "Cambio" de Vicente Fox del que estuve convencido en su momento al que apoyamos millones jóvenes con Amigos de Fox, muchos que ni siquiera comulgábamos y ni conocíamos al PAN y a los cuales nos decepcionó o nos decepcionamos por ilusos.

Es mi libre derecho votar por quien yo quiera, como de cada uno votar por quien quiera, pero es obligación de todos exigir al ganador de las elecciones, sea quien sea que cumpla lo que prometió.

Hay muchas cosas que están mal y de las que no han hablado ninguno de los cuatro candidatos, como el hecho de que no hay un alto índice de desempleo, que mucha gente delinque por necesidad, lo cual no es justificante, pero la culpa no la tienen ellos sino un sistema que permite una impunidad del delito del 98%, así porque más que se combata al crimen organizado con armas y operativos no lo van a parar, porque en vez de más armas y operativos deberíamos hacer que el crimen de verdad se castigue.

Que las personas tengan mayor oportunidad de empleo permitiendo que puedan ser empleadas hasta que sean física y mentalmente sin límite de edad, no es posible que en un país con tanto desempleo el rango de edad para ser contratado termine a los 35 años.

Que se pensione a todo adulto mayor y a aquellas personas que ya no son física ni mentalmente aptas para un trabajo y que aquellas que tengan una discapacidad se les canalicen a empleos que puedan desarrollar haciéndolos sentir útiles.

El triunfo para México no está en dar el mejor debate o tener más armas para desprestigiar a sus adversarios sino en propuestas reales, viables y certeras y el compromiso firme de cumplirlas.

jueves, 3 de mayo de 2012

Mantis Religiosa



…Ya pa’ que le pones nombre al perro, ya ta muerto!

Dicho impopular



Me dijeron que había regresado a la capital, pero yo sé, por una amiga de ella, que huyo con un hombre, que se la llevo pal otro lado y jamás nadie supo su paradero…



Hoy volví al pueblo después de estar tres años preso y me enteré que hace más de un año que ella ya no vive aquí. Me lo dijo Don Esteban el señor del tendajón que está al lado local vacio donde alguna vez fue la Carbonería del difunto Don Manuel, ahí donde la conocí.



Recuerdo que fue un día en que ya pardeaba la tarde y estábamos por cerrar la Carbonería cuando se me acerco para preguntarme por la “Calle Honda” como llamamos a la Miguel Urbina la única calle grande y pavimentada del pueblo.



Buscaba a Doña Jacinta, la de los quesos y Yo le indiqué dónde era mientras ella se fue sonriéndome. No sé porque pero sentí como electricidad que recorría todo mi cuerpo mientras se alejaba con esa sonrisa en sus labios.



Supe que su nombre era Amelia que tenía 25 años y que había vivido muchos años en la capital de donde había regresado. Yo no la recuerdo, pues vine a vivir San José cuando era adolecente y ella tenía mucho de haberse ido, además de que el pueblo nunca la mencionaba, ¡sabrá Dios!…



Me cuenta Don Esteban que de niños, ella y sus dos hermanos pasaron muchas hambres luego de que su padre los abandonara y se quedarán solos con su madre que al poco murió, que perdieron toda su cosecha y se murieron todos sus animales luego de aquella sequia que azoto el pueblo ese año, que Amelita, como le decían, se las había ingeniado para huir de este ¡Maldito pueblo! al que prometió nunca regresar.



Me enteré que había decidido regresar a San José, convertida en toda una señorita decente y refinada, como esas estiradas que vienen de la capital, empeñada en borrar la imagen de niña “mugrosa” y “muerta de hambre” que un día huyo del pueblo. Tal vez sólo regresó para demostrarles a todos quien era ella ahora.



A la tarde siguiente volví a verla pasando por la Carbonería, y cuál fue mi sorpresa a ver que regresó directo hacia mí para preguntarme ¿Cómo me llamó? A lo que recuerdo con respondí con pena. Tarsicio y volvió sonreírme.



Desde ese día pasaba casi a diario a verme a la Carbonería, al terminar mi día. Yo le platicaba sobre el pueblo, sobre como éramos afortunados los pocos hombres que no nos habíamos ido pal norte como lo habían tenido que hacer mi hermano Vicente y mi primo Nacho que se dedicaban a arreglar lo camiones foráneos, los que venían de Macías y Arreguin, que se quedaron sin chamba cundo la compañía contrato a otros mecánicos.



Ella me contaba sobre la capital, sobre las grandes tiendas y lo cines, los paseos, los grandes monumentos y la vida glamurosa que tenia por allá. Siempre me pregunte por qué se había regresado pal pueblo si allá estaba muy bien y me contó que había conocido a un hombre muy rico mucho mayor que ella, que le dio una muy buena vida pero con el tiempo se fue volviendo infiel hasta que la dejó para irse con una muchacha menor que ella, creo era su sirvienta.



Salíamos a caminar por la plaza, ella con su vestido rosa y yo con mis mejores galas que no eran muchas. Luego yo le invitaba un helado, de esos que se pusieron al lado de la casa de Doña Petra. Nos sentábamos en la fuente on ta’ la presidencia y platicábamos hasta pasada la media noche y yo la acompañaba a aquella casona donde vivía, la que compro con el dinero que heredo del fulano aquel después que se difuntió y que lo que no la dejó mal parada,



Lo nuestro fue un amor tan acelerado como peligroso y loco, pues nos habíamos convertido en extraños amantes. Nunca nos dijimos palabra alguna ni hubo una petición. El tiempo con ella se escapaba como el rio y las horas para verla se me hacían eternas, todo parecía un sueño, como una de esas películas en las que una casi sabe que va suceder.



Todo parecía perfecto, lo feo vivo después, precisamente esa noche en que ella me llegó llorando y casi sin poder pronunciar palabra entre sollozos, que me dijo tener un problema de dinero del que nunca supe exactamente lo que fue. Alarmada me suplico que necesitaba ese dinero, que era de vida o muerte. Era por mucho lo que yo podía darle, pero yo la amaba y no podía dejarla así.



Fue que fuimos a on ta la Carbonería on de sabía que había dinero, que rompí las cerraduras y me llevé ese dinero del que después me pidió cuentas Don Manuel. Dicen que fue esa decepción mía la que lo mató y que su entierro acabó con lo poco que quedaba de la Carbonería, que por eso la cerraron y esa culpa es algo que nunca me va a dejar.



Yo le juré a Don Manuel que habían sido unos bandidos los que se habían metido a robar ese dinero y casi me creyó sino es porque el nieto de Don Esteban que lo vio todo me desmintió y le dijo la verdad a los gendarmes, los que después me llevaron arrastras de mi casa pa la cárcel en medio del tumulto de las miradas de todo el pueblo.



Pedí clemencia pa no ser llevado preso, pero nada paso. Los días en la cárcel se volvieron cada vez más oscuros y tristes. Pensaba en ella, pensaba en mi familia y en el pueblo al que había defraudado y que quizás me odiaba con justa razón, pero principalmente en el pobre Don Manuel.



Recuerdo que un día vino ella, con ese vestido rosa y pidió verme. Sentí como si una luz brillante se acercara a mí para iluminar mi oscurecido rostro entre lágrimas y ella me abrazó llorando también. Me dijo que le había salvado la vida y que seguro Dios me iba a recompensar por lo que hice, que ella me iba a sacar de ahí, que Don Manuel y el pueblo tendrían una explicación y hasta me lo agradecerían. Me prometió de rodillas que iba a hacer todo lo posible y lo imposible para sacarme de ahí. Su gesto me conmovió y me dio esperanzas, las mismas que más tarde se desvanecerían, pues ella jamás volvió, esa fue la última vez que la vi.



Pasaron los días y los meses y mi dolor se fue volviendo odio. No sé cuantas noches recordaba lo que pasamos juntos para terminar ingeniándomelas cómo iba yo a matarla cuando saliera de ese maldito lugar



Recuerdo que no todo fue tan malo, que esa noche en que iba a ser navidad los dos hablamos de las penas de nuestras vidas y terminamos llorando y dándonos un abrazo my fuerte, y a pesar de todo fue quizás el momento más sincero que vivimos y eso es algo que guardé en el corazón.



Así pasarán tres años, recordándola, llorándole, añorándola y queriéndola matar después, hasta que un día me dijeron que podía salir, ¡Era libre al fin!



Fue que regresé al pueblo y me presente frente a la puerta de su casa, ya era de tarde y yo aún traía una bolsa con los triques que me quitaron cuando entre a la cárcel. Toqué y toqué en vano su puerta, hasta que una vecina salió pa decirme que esa casa estaba abandonada hacía mucho tiempo y entonces supe que se había ido, quizá muy lejos. Alguien me dijo que se burlo de mucha gente, que más de alguno deseo su muerte y que por el miedo fue que huyo una noche sin ser vista con la ayuda de no sé quién.



Solo y triste fui pidiendo posada de casa en casa en medio de la noche; pos yo ya ni casa tenía. En el pueblo muchos ya no querían ni verme, menos darme una cama. Seguí insistiendo en medio de insultos y negativas hasta que Doña Petra se apiado de mí y me dio un cuarto.



Esa noche no podía dormir y llorando de rabia me salí de pa’ agarrar camino al rio, depuesto a matarme para acabar con ese dolor y esa impotencia. Fue así que tome una soga, la até a aquel viejo árbol junto al rio, hice un nudo en mi cuello y salté con todas mis fuerzas me dispuse a ahorcarme.



Comencé a sentir la muerte recorrer todo mi cuerpo, sentí la falta de aire y mi cuerpo endurecerse hasta que no supe de mi. Pensé que la muerte por fin había llegado, cuando de pronto vi una luz tan blanca que casi me dejaba ciego. Fue que se rompió la soga y sentí que respiraba el aire fresco, que estaba vivo de nuevo. Entonces caí de rodillas llorando, en medio de la oscuridad y supe que realmente todo había acabado.



FIN

Queridos lectores:


Quise escribir este pequeño cuento a manera de catarsis o de expiación, como sea esta versión quizá cambie alguna vez o no es la primera idea que tuve inspirada en una vivencia personal y en el cuento “Es que somos muy pobres” de Juan Rulfo, quienes me conocen lo saben. Si hay una idea por hay para mejorarlo bienvenida.




viernes, 13 de abril de 2012

El don de tu historia es el don de tu amistad


È come un grande amore, solo mascherato un po'
Es como un gran amor, sólo que un poco enmascarado
(Un amico è così, L. Pausini)

 
Este artículo está dedicado a una persona muy especial de Salvatierra que conocí hace unas semanas en Internet tuve la oportunidad de conocer en persona y que fue; con el don de su historia que me inspiró a escribirlo.


John Powel decía que “Somos dones para compartir a los demás y a su vez los demás son un don que se nos comparte.” Creo que esta persona al igual que otras he tenido la oportunidad de conocer en mi vida han sido un don para mí.

Muchas personas creemos que nuestra historia, nuestra vida y nuestro ser no son importantes para nadie y que como no somos “personajes”; en nuestra idea “importantes” no influimos en la vida de nadie hasta que conocemos a esos hermosos seres llamados “amigos”

Es cierto que existen muchas personas para las cuales nuestro don es mera “contaminación” para ellos, que no quieren ser “perturbados” con lo que nos sucede, y que con la carga de su historia tienen más que suficiente. Yo me desgaste mucho tiempo en la búsqueda de un amor que valore muy poco o incluso nada el gran valor de la amistad.


Muchas veces en el camino infortunado, desesperado y urgido de conocer a un amor que fuera el indicado, que me hiciera sentir vivo e importante, perdí la noción de que el simple hecho de existir, de estar vivos nos convierte en un don para compartir a otros, y que a su vez, es nuestro deber aceptar el don que otros nos ofrecen al confiramos su historia.

Fue con los años y los momentos de soledad en que uno siente que no tiene a nadie y que casi de la nada, como un milagro, aparece la mano de una amigo, que lo comprendí

Lo más grande que le podemos dar a otro ser humano es el don de nuestra amistad al compartir nuestra vida, nuestra historia y nuestros sentimientos y lo digo porque es en esos momentos, en un café, en la escuela, en el auto, en el trabajo o chateando en Internet, desahogando lo que arrastra y lastima nuestro corazón en que muchas heridas del alma se pueden curar y un nuevo lenguaje y un nuevo entendimiento nacen, en ese momento cuando se puede ser realmente uno mismo.



Igualmente cuando una persona siente la libertad y la confianza de depositarnos su historia y su vida nos trasporta hasta donde él estuvo y somos participes de sus sentimientos, lo que nos acerca a él, a su sentir, enriquece nuestro corazón y abre nuestra comunicación a través de la empatía.

Esos mismos años por caminos extraviados, de soledad, de angustia, de miedo, de tristeza y desesperanza que me di cuenta que es a través de los amigos que se aprende a conocer el verdadero amor, porque todas las apariencias quedan atrás y puedes mostrar tu verdadera escancia y creas el ambiente propicio para que el otro sienta esa misma confianza.

Es como si en medio de una librería abres varios libros hasta que llegaras a uno y al abrirlo y al ver su contenido dices: ¡oh sorpresa! ¡Sí es esto lo que yo realmente quiero!.

Por eso es importante darnos cuenta de que la historia del otro es un don que se debe tomar de manera amable y respetosa, así como nuestro don debe ser respetado.

Porque no puede existir nadie en el mundo, con el conjunto exacto de características en el momento histórico preciso de la vida como cada persona a la que conocemos y que ha forman parte de mi camino, “nuestros amigos”.
Conocer el don de tu amistad es conocer el misterio excepcional que encierra tu historia…
PD. Amigos estoy escribiendo un cuento muy corto que publicaré en este bloc próximamente.


lunes, 6 de febrero de 2012

2 años y contando…

Aquella lluviosa mañana del 4 de febrero de 2010, cerca de las 7:00 am menos 10, llegué a un primer día de trabajo en esta cadena de farmacias del “El caballero de Dios” ( para quienes son entendidos.) creyendo –recuerdo- que era una farmacia de 24 horas y que tal vez los compañeros del turno de la noche ya me estarían esperando y con la sorpresa de que aún pasadas de la 7:00 am aún no llegaban, después lo entendería…

Esa fría mañana mi futura Jefa (Araceli) y compañero; y jefe posteriormente (Adán), llegaron cerca de las 7:40 am a abrir las puertas de lo que sería (desde ese entonces y hasta su desaparición en Octubre de 2011) como mi “segunda casa”. La Farmacia 083 de la cadena, “la de Camino a San José de Gto.”

Un comunicólogo frustrado como yo después de mucho peregrinar sin trabajo pensó pa’ sus adentros, con cierto aire de mucha resignación, que este trabajo “sólo sería por un par de meses” en lo que- me decía yo mismo-encuentras un mejor trabajo, en lo tuyo.

Pasados los meses me fui acoplando a los que fueron por un buen rato mis compañeros de trabajo y a sus variados caracteres: Adán, El Chino (Alias “Luis Alberto”) y la Mechuda (Alias “Doña Mercedes”) y por supuesto Ara (Alias “Araceli”), pero fue con mis dos compañeros Adán y El chino con quienes de alguna manera casi sobreentendida se hizo un pacto de Respeto y Lealtad, por lo menos entre nosotros tres, en una especie de “Tú no te metes conmigo y yo no me meto contigo. Tú no te metes en mis asuntos y yo no me meto en los tuyo” y creo-casi podría asegurarlo-que fue esto lo que evito roses y problemas entre nosotros.

Muy por el contrario y después de unos días en que el chino me veía como vaquero del viejo Oeste a punto de disparar en pleno duelo, empezamos a conocernos y a convivir en esa hermosa etapa de 7 meses en la que prácticamente nos volvimos “los de la tarde”.

Con el Chino aprendí desde recibir y dar factura a los proveedores hasta la papelería, aventarme uno que otro pollito con los de oficinas, a lanzar pases con los detergentes de almacén, hacerla al artista con los preciadores y asustar a Denisse (la promotora médica de Nadro) con todo el ingenio del que éramos capaces.
Recuerdo -como no- a la que yo llamé “Terapia chicarronera”, en la que sentados en el piso abríamos una bolsa de Frituras, le poníamos salsa y discutíamos de manera pormenorizada sobre nuestros problemas sentimentales y nuestros sueños mezclados con uno que otro chiste o el comentario de algún libro de los que yo leía para matar el ocio de las horas bajas.

Tras la renuncia del “Chino” en Agosto de 2010, comenzaría una época de desfile de personas por esa farmacia, desde Lorena hasta Noemí, Rosario, Adriana, Rodrigo, Sabina y Wendy por mencionar algunos (ya menciones en un artículo previo llamado "Yo también estuve en la 083"), en la que me relacione ahora con mi compañero y jefe por circunstancias Adán.

Con él viví la etapa final de la historia de la Farmacia 083 (Nacida un 21 de Marzo de 1998), en aquellas mañanas en que matábamos el tiempo con el periódico ilusionándonos con encontrar un trabajo que nos sacará de un barco que podía zozobrar de un momento a otro, comiendo aquellas tortas del “Cejas” o calentando la comida de casa en el “Horno” (No de microondas, aclaro) o con una taza de café discutiendo sobre el país, la situación, la corrupción, los políticos y los ideales revolucionarios de un cambio, algo que no hacía desde que la “Tertulia” se reunía en la cafetería de la universidad para “Componer el mundo”.

Aquellas platicas con Rosario y su enrojecimiento cuando corrompía sus castos oídos, o con Wendy mientras se distraía mandándole el mensaje 1001 del día a su novio el cual seguramente suspiraba por ella desde Guadalajara, con Sabina una mujer un poco cayada pero con mucho criterio y observación, Con “El Rock” aficionado al los juegos de destreza mental y quien podía pasar largas horas hablando y saboreándose imaginariamente “unas queditas”(léase frías chelas) y las veces que pude incluso llorar para deshágame con mi amiga del alma Adriana

Aquella despedida sin pormenores de Adán tras cerrar la farmacia y agarrar cada uno para farmacias distintas.

Mi llegado a la Farmacia 135 (la de Irrigación), y el compartir esos momentos de platicas en confianza con Sofí (como tragábamos), con Samanta y su idilio romántico con un flaco X, los momentos de extrema neurosis con la señora Irene quien podía ponerte los pelos de punta en un segundo o aquellas mañanas con Flor (La encargada) cuando yo no quería trapear para no enfermarme de “la Influencia”- según decía yo- y el estar pealando por cambiarle la estación al radio.

Aquel inesperado cambio a la Farmacia 105 a finales del 2011 y aquella llegada en que me sentí como un extraño, como un Intruso, cuando conocí a Rosario (aclaro no la que trabajó conmigo en la 083) que en un principio me inspiraba mucho miedo y a veces algo de coraje; en eso momentos en que me decía a mi mismo ¿Qué hago aquí?. Empezando de nuevo por tercera vez, pero a quien debo confesar, después de todo logro sacarle una que otra carcajada con mis peripecias.

Irme adaptando a la que por tercera vez es mi “segunda casa” con mi “Mugrero” (como dice Rosario) con mi Cocina y mi Ropero, mi Café y mi Música con mis compañeras (todas mujeres ¡Caray!). Carla y su ¡Ay Otavio! cuando me falla algo (muy pocas veces se los juro, je je) Ivonne y su ¡Cuando No! y a quien no le gusta mi “Barridota”, porque dice – según sus nervios- que dejo papales y basura ¿Qué raro? digo yo. Madahí y su excentricidad y desparpajo para decir las cosas, y Mara a quien le pegan esos asuntos de la falta caballerosidad, y no es que yo sea así, es que soy un poco distraído....

Son muchas las historias de lo que han sido estos dos años, en este corazón más que roto y re-remendado, con el dolor y el amor de grandes amigos, de grandes historias, en lo que iba a ser algo temporal y se volvió algo a temporal, en donde, como dijera Steve Jobs, trato de unir esos punto hacia atrás, para aprender, para aceptar, para crecer, para entender o esperar que se unan en un futuro y sea este quién me dé las respuestas.

Y aunque es poco lo que puedo contarles sobre las Farmacias 135 y 105 (donde actualmente laboro), no por el tiempo sino por lo que marcaron en mi vida, también fueron parte de estos dos años memorables, la última parte de estos dos años que se fueron como agua entre mis manos pero que han dejado una profunda huella.
Hoy sólo puedo decir, después de todo, que han pasado ya dos años y gracias a Dios aún contando…